ARTICULACIONES

PROBLEMAS EN LAS ARTICULACIONES, COMO PODEMOS TRATARLAS?

QUE SON LAS ARTICULACIONES ?

Las articulaciones son las áreas donde se encuentran dos o más huesos. La mayoría de las articulaciones son móviles y permiten que los huesos se muevan. Las articulaciones constan de lo siguiente:

  • Cartílago. Un tipo de tejido que cubre la superficie de un hueso en la articulación. Los cartílagos ayudan a reducir la fricción del movimiento dentro de una articulación.
  • Membrana sinovial. Un tejido denominado membrana sinovial reviste la articulación y la sella en una cápsula articular. La membrana sinovial secreta el líquido sinovial (un fluido transparente y pegajoso) alrededor de la articulación para lubricarla.
  • Ligamentos. Existen ligamentos resistentes (bandas elásticas gruesas de tejido conectivo) que rodean la articulación para brindarle sostén y limitar su movimiento.
  • Tendones. Los tendones (otro tipo de tejido conectivo grueso) a cada lado de la articulación se unen a los músculos que controlan el movimiento de esa articulación.
  • Bursas. Las cavidades llenas de fluidos, denominadas bursas, entre los huesos, ligamentos y otras estructuras adyacentes, ayudan a amortiguar la fricción de la articulación.
  • Líquido sinovial. Líquido transparente y pegajoso secretado por la membrana sinovial.
  • Fémur. Hueso del muslo.
  • Tibia. Hueso de la canilla.
  • Rótula. Hueso de la rodilla.
  • Meniscos. Es una parte curva del cartílago de las rodillas y otras articulaciones.

El deterioro de las articulaciones

Los problemas en las articulaciones son comunes a medida que la persona envejece. Dichas articulaciones se vuelven más rígidas y menos flexibles.

Por una parte, se puede producir la pérdida del líquido sinovial, un fluido viscoso y transparente que se encuentra en las articulaciones; el cual reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos de las articulaciones, de modo que ayuda a que no se desgasten. También puede producirse la calcificación de las articulaciones, cuando los minerales se depositan en ellas y a su alrededor (afectación común en el hombro). Así como algunas articulaciones, como la cadera, las rodillas y los dedos, pueden perder cartílago; produciendo su desgaste y degeneración.

Lista de enfermedades articulares

Sin embargo, a veces el dolor o los problemas articulares son consecuencia de otras enfermedades que afectan a dicha parte del cuerpo y que pueden pasar inadvertidas. Las más comunes son:

– Artritis

Inflamación de las articulaciones, se hinchan y producen dolor o malestar. Las articulaciones afectadas pierden movilidad y pueden llegar a deformarse. La artritis es la más conocida de las  enfermedades articulares; puede ser de corta duración o crónica y puede producirse en una sola articulación o en varias.

– Sarcomas sinoviales

Uno de los tumores malignos más frecuentes de los tejidos blandos; representan aprox. el 8% de todos ellos. Entendemos por tejidos blandos ligamentos, músculos, nervios, tendones y otras estructuras próximas a las articulaciones.

– Fiebre reumática

Enfermedad inflamatoria que se puede presentar después de una infección con las bacterias estreptococos del grupo A (es decir, aquellas que suelen estar presentes en la piel o la garganta). Puede causar efectos graves en el corazón y las articulaciones.

– Bursitis

Inflamación de las bursas, unas bolsas llenas de líquido que evita que se produzcan fricciones entre las articulaciones cuando se produce un movimiento. Aunque hay bursas en todo el cuerpo humano, la bursitis se manifiesta, sobretodo, en aquellas zonas donde el movimiento articular es más repetitivo: es decir, en los hombros, rodillas, caderas, pelvis, codos, muñecas, dedos de los pies y talones.

– Necrosis aséptica

Enfermedad que se caracteriza por la pérdida de flujo sanguíneo de forma temporal o permanente en el interior de los huesos. Debido a ello, el tejido óseo sin sangre muere. Si el proceso involucra a los huesos cerca de una articulación, normalmente se produce el colapso de la superficie de la articulación.

– Artropatía neurogénica

Enfermedad de las articulaciones que se caracteriza por una lesión en los nervios que no permite la percepción del dolor articular en la persona afectada. De modo que las lesiones y fracturas insignificantes y repetitivas pasan inadvertidas, hasta que se produce la destrucción de la articulación de forma permanente debido al deterioro acumulado.

¿Qué podemos hacer para prevenirlas?

Tanto si se trata de dolor articular como de alguna afectación en las articulaciones es necesario llevar a cabo ciertas prevenciones que permitan proteger dichas articulaciones y no agravar los síntomas ¿Que se puede hacer, por lo tanto, al respecto? Algunos de los hábitos que se aconsejan, son los siguientes:

  • Después de estar sentado en un sillón o acostado en la cama de forma prolongada, se recomienda mover las piernas al levantarse y ir con cuidado que el peso del cuerpo no recaiga de golpe en las rodillas.
  • En los casos en que uno permanece sentado es recomendable también estirar las piernas todas las veces que se pueda; porque es una forma de evitar que la rótula ejerza más presión sobre el fémur.
  • Hacer pequeños descansos durante el día, de entre 5 y 10 minutos también puede ayudar a prevenir el dolor articular.
  • De igual manera, es muy importante llevar un tipo de calzado adecuado: que no mueva el pie y tenga buena sujección, que sea preferiblemente cerrado y, en aquellos casos donde los problemas se producen en las rodillas, que la suela sea plana, sin tacón.
  • Tampoco debe cargarse mucho peso. Es recomendable no llevar todo al mismo tiempo y tratar de equiparar la carga. Cuando se toma algo del suelo, es preferible de igual manera agacharse en cuclillas y no encorvar la espalda.
  • Al subir y bajar escaleras, es importante también apoyarse en las barandillas y ir a una velocidad lenta, de a un escalón a la vez.

Nutrientes necesarios

Hay nutrientes que favorecen la nutrición del hueso, el metabolismo óseo, la protección del cartílago y su mantenimiento. “La vitamina C estimula la producción de colágeno, la vitamina D participa en la síntesis de proteoglicanos y la vitamina E mejora la protección de la matriz del cartílago por el aumento de crecimiento de los condrocitos. El selenio, el zinc, el cobre y el manganeso, así como los ácidos grasos poliinsaturados, parecen estar implicados en los procesos de elaboración del colágeno y en la reducción de la inflamación del cartílago”, explica.

Los nutrientes que destaca de forma especial son las vitaminas D y C, y algunos minerales (calcio, fósforo, magnesio, silicio, azufre).

Sañudo explica uno por uno:

•  Calcio y fósforo: complementan la formación, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes, pero se ha de mantener un equilibrio, ya que “la abundancia o carencia de uno, afecta a la capacidad de absorber el otro”.

•  Magnesio: forma parte de las membranas de las células y la estructura ósea. “Debe estar en equilibrio con el calcio, dado que su carencia inhibe la síntesis de vitamina D, necesaria para la correcta mineralización ósea”.

•  Silicio: participa en la síntesis de elastina y de colágeno, que optimizan la fijación del calcio y del magnesio en los huesos y estimula la formación y mineralización ósea.

•  Azufre: el azufre se encuentra en el colágeno, elemento que forma tendones, cartílagos y ligamentos.

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